Raíces desvanecidas en el dulzor de la ciénaga.
Corrompiendo su verde luz al morir el alba
el junco reposa en la tenue brisa del terciopelo aclarado
rugiendo versos de sabor incrédulo…
como el topacio que sulfura
desde las entrañables esencias de la tierra,
donde el ardor aún no ha sembrado
su irrefutable sabiduría occidental,
donde el crisantemo y la acacia no encontrarían jamás
la frescura de la menta cristalina…
Utópico es creer que el tallo ignore
al manto que lo acobija…
Utópico es aceptar que el fango olvide
el denso colchón que lo sucumbe…
Y no lo creas un mal presagio por parte de ellos,
es que todo está escrito en una nube que condensa.
Porque el junco desconoce la inquietud de su mentor,
porque el junco desconoce la razón de la razón,
porque el junco desconoce el porqué de su bajón,
que el pantano se reserva a pesar de algún dolor…
Y el pantano no se advierte que en el junco hay una flor,
y el pantano no se advierte si su alma es canción,
y el pantano no se advierte de los latidos de su corazón,
que en el tallo manifiestan brotes de color,
del color de la perla en una noche desierta,
del color de la lujuria en la lava de un volcán,
que aunque a punto de estallar
la utopía de sus mundos grises
los aísla de la verdad.
Condenados a estar unidos, como la tempestad y la calma, como las dos caras opuestas de una moneda.. Se necesitan para existir..
ResponderEliminarBellos versos, Alvaro! Difícil no oír la hojarasca crepitar, cuando pasas por aquí..
Es un placer, de verdad.. Lindo lugar!
Cariños,
Male.
Sin duda bello. De lo mas simple extraes, con singular maestria, lo mas bello y profundo.
ResponderEliminarCondenados, ciertamente.
Un abrazo.
Alvaro, sé q recién nos conocemos, pero me encantaría q aceptaras colaborar en El País.. de los Bosques.., blog q comparto con mis gotitas de lluvia.., entre ellas, Musaraña..
ResponderEliminarQuisiera oír a la hojarasca crepitar, por allá.., y compartir tus versos con mis compañeros/as..
Esperando q aceptes, pero sin q te sientas obligado, te digo q seguramente volverá
a abrir a mediados de septiembre, y los comentarios te llegarían aquí..
No hay ningún requisito, sólo "Está prohibido: Prohibir".., y bueno, si aceptas, hazme llegar un mail a:
ilargiaamori@gmail.com
para cursarte la invitación.. Aceptas, y apareceras en el gadget:
¡Almas de este bosque! Si deseas ver quienes participamos allá, clickea ahí.., en la parte inferior del blog..
Todo mi afecto,
Malena
(Y Momentos Dulces, este fín de semana..)
Los Juncos, aun arrancados de su dulce lodo, muestran al mundo que su belleza rústica es perenne, y que con solo una mirada de trasnoche, puede resucitar nuevamente en el pantano.
ResponderEliminarTe quiero mucho, mucho.
Mua!
El uno sin el otro, el otro sin el uno,¿crecería el junco tan firme y estirado sin su pantano?
ResponderEliminar¿Luciría el pantano sin el color de sus juncos?
Condenados a sentirse. Precioso, ha sido un gran placer descubrirte ciertamente.
Difícil se me hace intentar dejar plasmado lo que siento al leerte.
Muchos besos, abrazos y un manojito de ternura
Y el pantano no se advierte que en el junco hay una flor, y el pantano no se advierte si su alma es canción, y el pantano no se advierte de los latidos de su corazón, que en el tallo manifiestan brotes de color,
ResponderEliminarRealmente me sorprendes, está muy linda, ey! de verdad, que me gustó bastante. escribis genial.
Un beso chee.
Admiro la perseverancia de los juncos y también tus palabras.
ResponderEliminarGracias pro tu visita.
Seres aislados en un mismo lugar y tiempo, parece que el junco y el estanque sean más humanos de lo que parece...
ResponderEliminarPero que precioso texto!!
ResponderEliminar"...Utópico es creer que el tallo ignore
al manto que lo acobija…
Utópico es aceptar que el fango olvide
el denso colchón que lo sucumbe…
Y no lo creas un mal presagio por parte de ellos,
es que todo está escrito en una nube que condensa..."
Bellisimo de verdad!!