Los comentólogos, lo opinólogos,
los analizadólogos, los explicólogos que hacen su licenciatología con
fundamentos en la palabrística, los buscólogos de la verdad en la academiología,
los dejadólogos de la sensibilística aplicada a la vigilia mundana. Los miles y
miles de hipermegacosmodoctorólogos y todas sus archieultramagisteraciones que
tan alto parecen estar. Igualmente los fundamentalistas de la comparatología de
la acción, sin llevar a cabo ninguna ellos. Los desdichados, los sin swing, los
más que nada, los que no ven en toda su paradoja (con lo que ello implica). Los
lunes, los mesa de evaluadores, los tribunal de perejiles, los jú jú jubiletes
con muchos billetes (la rima la cobro después). Los que se acercan con desvirtuadas
intensiones y te clavan su sapienduría baratística. Y así seguiría refutando la
palabréjica institucionada, pero ¡me doy cuenta que estoy siendo uno de ellos!
La concreción de la lord higiénica de purificaciones mal particionadas. Mate,
ven a mí.